Departamento de Trauma

Nuestro modelo integrativo de abordaje se basa en los postulados de Bessel Van der Kolk y la Psicotraumatología.
El trauma psicológico forma parte de la vida y puede resultar de sucesos ordinarios y cotidianos como accidentes, separaciones, divorcios, caídas, enfermedades y pérdidas. También, puede desencadenarse de sucesos más devastadores como el abuso sexual, cuidados negligentes, maltrato y violencia, abandono, entre otras situaciones adversas.
Es una experiencia que sobrepasa los mecanismos de supervivencia de la persona, así como sus facultades para reaccionar ante lo que le sucede. El cerebro cambia a distintos niveles para reajustarse, de manera que el sistema nervioso se pone en estado de alerta para hacer frente al peligro y adaptarse y poder seguir viviendo.
A veces estas huellas se traducen en sintomatología. Por todo esto es vital entender y reconocer al Trauma como factor condicionante fundamental en el proceso de subjetivación.
Nuestro Equipo

Lic Kay Ghersevich
MP: 4637.-ME. 573

Dr Antonio Avalos
MP: 20844
ME.8820

Lic Miguel Cuello
MP. 7225

Lic Luciana Figueroa Bonaparte
MP 6998,ME 623

Lic Gustavo Martos
MP. 10203

Lic. Milagros Siri
MP 8248
Vivir un trauma afecta la fisiología de manera crónica así como a la visión del mundo de quienes lo sufren, sus reacciones y también su forma de relacionarse.
Van del Kolk
¿Por qué es importante trabajar el trauma?
El trauma, más allá del acontecimiento en sí, deja una huella que condiciona la vida de la persona.
Como mecanismo de defensa, las personas que han vivido un trauma se disocian del cuerpo y de sus sensaciones. A veces estas huellas se traducen en sintomatología y muchas personas traumatizadas no son conscientes de ello.
Hoy sabemos que el trauma no está en el suceso en sí mismo, sino en la capacidad del sistema nervioso para hacerle frente.
Para tratar el trauma es necesario orientar el trabajo de manera que las personas sientan que recuperan el control de su cuerpo y sus reacciones. En un ambiente seguro su cuerpo tiene que experimentar nuevas sensaciones y vivencias que contradigan profunda e instintivamente la impotencia, la rabia o el colapso que resulta del trauma.
Diagnóstico
Se realiza un diagnóstico situacional y relacional para comprender que le ocurre al niño, la niña o adolescente, para lograr una comprensión de los factores intervinientes en los que necesitamos intervenir (situacionales y vinculares).
Evaluaremos si lo que le ocurre está dentro de lo esperado para su edad o no, en qué contextos ocurre, las causas del problema… entre los aspectos más importantes.
Esta exploración diagnóstica tiene como clave el ir construyendo un espacio seguro de terapia desde el que construimos el vínculo con el niño, la niña o adolescente.
Plan de tratamiento
Se propone una propuesta de plan de tratamiento, de ser necesario y se acuerdan pautas.
Este plan de intervención aborda diferentes áreas (trabajo con la escuela, trabajo con la familia, intervención con el niño, y orientación a los padres para el entrenamiento en sus competencias parentales).
A su vez, se derivará a las interconsultas que se pudieran considerar necesarias (psiquiatría, neurología, fonoaudiología, entre otros).